28.2.10

cambios

Es increíble observar la evolución de todo lo que nos rodea; nosotros, nuestros pares, la naturaleza, el tiempo.
Encontrarme con una nueva familia, un futuro hermano, quizás. Para mí es raro, es decir, tengo quince años, me acostumbré demasiado a mi "molde" de vida, pero al mismo tiempo, me pone tan feliz poder aceptar ese cambio.
Los cambios hacen que nosotros mismos nos renovemos, y por lógica, yo supongo que eso es sano -y bueno-.
Al mismo tiempo, me pongo a observar la evolución del tiempo, lo rápido que se pasa. Cinco años atrás para mí fue hace cinco meses, y dentro de cinco años voy a tener veinte. Es toda una locura. En un abrir y cerrar de ojos, todo cambia, los colores cambian, la forma de mirar, de pensar, de sentir. El tiempo va más rápido que todo y que todos, y no podemos atraparlo, no podemos ni siquiera observarlo como corre... sólo podemos cautelar los efectos que él produce en nuestras vidas, los cambios, como dije anteriormente.
Es toda una ciencia, la vida está llena de sorpresas, es muy impredecible, muy hermosa y muy horrible al mismo tiempo.
Ver como en un mínimo período de tiempo mis amigos cambian sus costumbres, sus perspectivas, sus formas de hablar... ver como crecen, como EVOLUCIONAN.

a veces es bueno analizar estas cosas

26.2.10

dudas existenciales

A veces me pregunto, ¿por qué carajo estoy acá?
Quizás nuestras vidas estén armadas por alguien de allá arriba -o abajo, quién sabe-, quizás no exista el destino ni la suerte, quizás las cosas sucedan por algo.
Son esa clase de dudas existenciales las que me carcomen la cabeza, pero no sólo a mí; a todos, probablemente. O al menos a la gran mayoría de la gente, no lo sé. Hay algunos desinteresados que andan dando vueltas por ahí, por allá, por acá, sin rumbo alguno, sin ganas de entender el por qué de todo. En cambio yo, me impongo mi propio rumbo, no voy hacia donde la brisa corra, yo voy hacia donde mi alma tenga ganas de ir, y no importa si el viento me juega en contra, realmente no me importa. Aún así, cuestiono todo, a todo y a todos. No me importa cómo sea, yo quiero saber por qué, y si algún extraterrestre de por ahí me responde con un simple "porque sí", no le voy a creer, porque no creo que sea así. Yo pienso y siento que hay un motivo y una razón (aunque sean sinónimos) para todo. El problema es que nadie tiene la certeza del por qué, o al menos nadie que yo conozca. Los religiosos creen que su respectivo dios les puede dar la respuesta a todo... ¿pero a mí quién me asegura cuándo? claro, ¿cuándo me muera?
¿Y cómo sé que hay algo después de la muerte?
¿Quién lo afirma? ¿Dios?
¿Y quién me afirma que dios existe? Quizás ni siquiera yo exista, y todo esto sea un sueño vaya uno a saber de quién. Quizás los sueños no existen y son otras vidas. No sé, no sé, no sé, la vida es todo un acertijo.

24.2.10

bronca

  Quién es quién para juzgar, quién tiene derecho a qué, quién es más, quién es menos, quién es el que tiene la palabra concreta, quién acierta, quién pierde. ¿Quién lo decide?
Nadie, nadie sos vos, nadie soy yo. Somos dos colillas de cigarrillo muertas en un cenizero, somos dos trapos de ropa sucia tirados por ahí, somos dos humanos pequeños en un mundo inmenso, somos dos mocos pegoteados en un pañuelo, somos dos soretes flotando en el mismo inodoro, somos dos bocados de una pizza de uggi's digeridos hace tiempo ya.
 Para ellos somos eso, algo pequeño e insignificante, sin valor alguno, cuando en realidad somos mucho más. Te escupen desde arriba porque creen que estamos aferrados a sus tobillos, te menosprecian... pero no saben que para desgracia de ellos somos ochenta y cinco veces más grandes. Nos pisan con sus zapatos bien lustrados como si fuésemos un chicle; nos pisan, nos pisan y nosotros nos estiramos, nos estiramos tanto que llegamos hasta su cabeza. Se hacen los indiferentes, "yo no te conozco, ¿de qué me hablás? yo no te pisé". Y es que claro, con una cara linda y una sonrisa mediocre solucionan todo, son tan hipócritas que se hacen llamar nobles, son tan absurdos que me dan risa. Risa y pena, pena por mí, por vos, por él, por ella, y por todos. Pena por nosotros que somos la sociedad, pena por los jóvenes que creían ser el futuro, pena por los ancianos que ya están en los últimos metros del camino, pena por los niños que crecerán en un ambiente repugnante, pena por los pobres que serán aún más pobres, pena por los muertos que no podrán hacer nada al respecto, pena por todos y por todo, pero aún así, pena por ellos que tarde o temprano van a perder, van a perder y van a tener un resultado opuesto al que esperaban. Del árbol que asemejaron plantar caerán frutos, y esos frutos no serán manzanas, no serán naranjas, no serán limones. Serán frutos que derraman culpa. Culpa que los va a remorder hasta su último segundo de vida. Culpa, simplemente eso, pero una culpa que no irá aferrada al arrepentimiento.
Va a ser algo que les va a caer como si fuese lluvia ácida, se van a occidar al igual que ellos occidaron a estas calles oscuras -y mojadas- que por el momento, no serán valoradas.

9.2.10

mil cosas en la cabeza

  Me dí cuenta de que soy una persona bastante exigente en algunos aspectos. Me es fácil relacionar con diferentes especies de seres humanos, pero me es difícil aceptarlos cuando no se asemejan a mi "prototipo de persona para establecer vínculo". Eso se llama intolerancia, creo. Quizás sea bastante intolerante, de todas formas, ya que puedo hacerme cargo de ello, también puedo hacer el intento de cambiarlo. Dicen que la gente no cambia, pero yo pienso que no lo hacen cuando es otra persona la que exige ese cambio.
Si uno mismo se lo propone, probablemente logre hacerlo, ya que es para satisfacción propia y no ajena. No sé, no sé, quizás esté diciendo boludeces, quizás sólo sean hipótesis que me surgen a la cabeza porque no me puedo dormir y no puedo hacer otra cosa más que pensar, pensar y pensar. O quizás sea cierto.
Vaya a saber uno.

Mientras tanto, hoy dediqué mi mañana a limpiar mi pieza -cosa que no suelo hacer-, y ahora está linda y con olor a Míster Músculo, mezclado con sahumerios de coco y tabaco. Mañana haré la valija, cosa que me encanta hacer -excepto cuando el proceso es inverso, es decir, cuando hay que deshacer la valija-, y y y y me voy, me voy, me voyyyyyyyyyyyyyy. Esto de irme lejos de todos, lejos de mis amigos, lejos de mi familia, de mi novio, lejos de la ciudad... me pone eufórica. Eufórica de felicidad. Más allá de que los vaya a extrañar, y muchísimo, siento que me va a hacer bien irme. Así será. Y a la vuelta les contaré cómo me trató la costa Argentina nuevamente; dicen que estuvo lloviendo mucho, pero a mí no me importa, todo lo contrario. Amo la lluvia, y amo los temporales en la costa. El viento grita, y la lluvia pincha. Son días ideales para tomar mate, jugar a las cartas, y dormir. Esa es una buena manera de descansar.


Demasiado por hoy,
adiós.

me voy

Después de tanto rezo al universo, tanta especulación, tanto anhelo... LO LOGRAMOS, sí, el jueves a la madrugada partimos nuevamente hacia nuestro refugio. Chau ruidos, chau edificios, chau gente, chau colectivos, chau, querida ciudad.
Nos vemos en el mar... ¡Por fin otros quince días de paz! No saben cuánto me alegró la noticia, porque realmente lo deseábamos con todas nuestras fuerzas... y de repente, pumba, así de repente nos cae la gran noticia gran. Será que en verdad odio estar acá, será que en verdad necesito un nuevo lapso de tiempo para descansar. No digo que esté cansada, todo lo contrario, en estos días me dedico al ocio ya que son mis vacaciones... pero necesito descansar de la ciudad, renovarme, sentirme pacíficamente bien. Simplemente es eso lo que necesito, y más aún sabiendo que voy a compartir esos quince días con una persona incondicional en mi vida. En enero lo hicimos, y ahora en febrero, también. Allá vamos.

6.2.10

aló

A partir de una película que ví hace un rato (ver imágen de arriba), me quedó un mensaje que me hizo cambiar mi visión acerca de muchas cosas: TENGO QUE VIVIR. Tengo que hacer lo que yo desee hacer, no tengo que dejarme pisotear por ningún obstáculo, no tengo que dejar mis metas atrás, no tengo que tener miedo, tengo que vivir sin la idea de "mañana", tengo que vivir el ahora. Tengo que aprovechar el ahora.
Creo que es la mejor forma de sobrevivir.