23.8.10

eight/8/dosmildiez

  Es verano. No, no es verano, estamos en pleno invierno. Pero hoy es verano. Un verano lindo. Yo odio el verano, pero hoy no lo odio.
El calor no es sofocante, simplemente abriga. Se siente paz al respirar. (En cada respiro, paz, en cada suspiro, tranquilidad). Hasta se escuchan pajaritos. Parece irreal. Me es absurdo el simple hecho de pensar de que hoy es domingo. Y es así, hoy es domingo. Domingo ocho de agosto del año dos mil diez. Domingo ocho de agosto, día del niño. Ya nadie me dice feliz día. Me verán más grande, no lo sé, pero yo tengo la certeza de que soy una pequeña niña. Está bien, una niña no tan niña, pero al fin y al cabo una niña. Como te decía, hoy es domingo. Yo odio los domingos. Hoy no lo odio. La amargura que éste irradia, hoy no me amarga, me abriga. Me abriga como como el calor de este verano que no es verano. Yo odio el verano y odio los domingos. Pero aparentemente, hoy es la excepción. Me gustan los cambios. Pero no voy a dejar de odiar el verano y los domingos. Son lo peor del mundo, aunque hoy no lo son. Hoy me gustan, pero sé que mañana no.





vueltas y más vueltas

No hay comentarios:

Publicar un comentario