
(Nota: fotografía tomada por mi padre, Miguel Ángel Fortunato)
Mirame. Las rocas no son un obstáculo más para mí, no existen barreras. Me acompaña un ser que no puede pronunciar, simplemente va a mi lado. Imagino mi futuro, mientras corro con mi mente cuando camino con mis pies. Me veo bien, contenta. Quizás tenga una familia, un trabajo, no sé. En realidad falta mucho. Estoy considerando dejar de preocuparme por eso, y seguir andando. Todavía ni terminé segundo grado, y me da miedo llegar a tercero. Me dijeron que empiezan a dividir con tres cifras; eso me aterra. Por suerte estamos en vacaciones de invierno, y me queda una semana y media de descanso. No quiero volver. Allá me siento tan diferente... el ruido me hace mal. Mis compañeritas aún juegan a las barbies, y también a la "novela" que generalmente es alguna de adolescentes que se besan todo el tiempo. Yo prefiero otro tipo de actividades. Me gusta leer, aunque debo admitir que me cuesta un poco cuando el libro tiene muchas páginas y la tipografía es bastante pequeña. A veces miro películas por cable, o simplemente pienso. Ellas piensan que soy anormal, pero lo que no saben es que no existe la normalidad. Pobrecitas, me dan lástima. Ojalá tuvieran mi mismo punto de vista. Tampoco es que las pueda juzgar... algún día tomarán consciencia. Antes me afectaba su indiferencia, pero ahora no me interesa. Estoy mejor así. El mar que está a mi lado, ¿lo ves?, es mejor compañero que cualquier otro.
Él me hace feliz, porque estoy lejos de todos. Lejos de todo.
[Una nena que no conozco, cuyos pensamientos acabo de inventar]
Esa niña parece un encanto.. jejeje, Me gusta esto que leo.. pasa buen día
ResponderEliminar