memorias

Cuando era chiquita, yo tenía muchos piojos. Siempre, eh. Era algo rutinario en mí. La fotografía fue tomada cuando yo viajé a Barcelona. Tenía sólo diez años, y viajé sola en avión. Fue una de esas experiencias que me marcaron, viste? Estuve un mes allá. Me acuerdo que cuando pisé el aeropuerto, lo primero que pensé fue "Estoy pisando otro continente", y ahí me dí cuenta que una de mis tantas pasiones, era viajar. Sueño con recorrer el mundo, pero sobre todo, sueño con ir a aquellos países de los cuales yo desciendo. Ir a Catania, conocer a mi familia de allá... me lo pongo a pensar y debe ser un flash. En fin, retomemos: yo tenía muchos piojos. Fue uno de los tantos traumas de mi infancia, ¿Sabés lo que es tener piojos durante tres años consecutivos? Ese día, el día que me sacaron esa foto, ME SACARON UN VASO LLENO DE PIOJOS FLOTANDO. Me metía la mano en la cabeza y me sacaba los piojos con los dedos... era asqueroso, y aunque sea algo totalmente común en niños, para mí es un infierno.
Resulta que hoy, mi querida nonna, entre charlas y charlas mañaneras, me contó que hace un tiempo que le viene picando la cabeza. Fue a una guardia, y le dijeron que era por los nervios. Le recetaron unos remedios que en este momento no recuerdo, y todo bien. El problema comenzó cuando dos meses después, le empezó a picar devuelta. Esta vez fue a una doctora cuyo apellido tampoco recuerdo, y para sacarsela de encima, le dijo: "SEÑORA USTED TIENE PIOJOS". Pero mi abuela no tiene piojos. Por eso, según ella, tiene ganas de ir y decirle: "Conchuda del orto, los piojos los tenés vos en el culo" (Mientras le tironea los pelos y le patea la puerta). Y tiene razón.